ICE comenzó a aumentar su arsenal de vigilancia inmediatamente después de que Trump ganara
El 6 de noviembre, pocas horas después de que los medios de comunicación declararan que Donald Trump había sido elegido próximo presidente de Estados Unidos, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) publicó un anuncio en el que pedía a las empresas que presentaran planes sobre cómo ampliarían el sistema de monitores de tobillo, rastreadores GPS, tecnología de registro biométrico y agentes humanos, empleados para supervisar a los «no ciudadanos» que esperan audiencias en los tribunales de inmigración o la deportación; una lista que podría crecer de menos de 200,000 personas a más de 5 millones.
Competencia por obtener licitaciones
A lo largo de su campaña presidencial, Trump prometió llevar a cabo «la mayor operación de deportación en la historia de EE UU». Pero más allá de prometer redadas en los centros de trabajo y «campos» de detención gigantescos, el presidente electo no ha dado a conocer planes específicos sobre cómo funcionarían sus deportaciones masivas. Sin embargo, es probable que muchos aspectos granulares de un programa masivo de monitoreo, detención y deportación sean planificados por empresas privadas que contrate el ICE.
El reciente anuncio pide a las empresas interesadas que envíen detalles concretos sobre cómo almacenarían los datos de localización y la información personal, dónde estarían ubicadas sus oficinas, cómo dotarían de personal a los agentes y de qué tecnología disponen para la vigilancia a distancia, entre otros detalles. En la actualidad, el Servicio de Inmigración utiliza una combinación de monitores de tobillo, relojes inteligentes con GPS y aplicaciones para smartphones para vigilar a distancia a las personas. También utiliza aplicaciones con reconocimiento facial para los registros «biométricos». El boletín dicta que las empresas deben tener instalaciones con «salas de admisión grandes» para las personas que se inscriban en la vigilancia del ICE, igualmente deben poseer la «capacidad de realizar admisiones masivas según lo requieran acontecimientos imprevisibles».
Los contratistas estarían facilitando el Programa de Comparecencia Bajo Supervisión Intensiva (ISAP, por sus siglas en inglés) del ICE, que es una forma de vigilar a las personas indocumentadas o no naturalizadas sin internarlas en un centro de detención. El ISAP está pensado para personas que llevan algún tiempo en EE UU y ya tienen casa, departamento u otro tipo de residencia. Este programa ha florecido bajo la presidencia de Biden, que ha duplicado con creces el número de participantes desde diciembre de 2020, situando el total actual en casi 200,000 personas. Según el aviso publicado en noviembre, el ISAP ofrece un «considerable ahorro en costos» en comparación con la detención. Así que incluso si Trump sigue adelante con su promesa de detención masiva, es probable que el programa instaurado por Biden sea un aspecto significativo en cual sea su estrategia de deportación masiva.
Una cuestión ajena al presidente electo
El ICE fue aún más claro en un aviso publicado el año pasado, en el que detallaba que su política de inmigración sería aún más severa independientemente de quién ganara las elecciones de 2025. En la notificación, se aclara que el programa matriz del ISAP, Alternativas a la Detención (ATD, por sus siglas en inglés), pasaría a denominarse Gestión de Puesta en Libertad y Presentación de Informes. Este nuevo programa implicaría el seguimiento de todas y cada una de las personas no detenidas pero que están a la espera de una visita judicial o de deportación, en lugar de «solo algunas». En aquel momento, el ICE contabilizó 5.7 millones de personas que reunían los requisitos para ser vigiladas en el marco del nuevo programa, lo que significa que, de aplicarse, el monitoreo a distancia aumentaría a un 3,000%
Según una base de datos de contratos gubernamentales, B.I. Incorporated ha sido el contratista del ISAP del ICE al menos desde 2005. Se trata de una filial de GEO Group, una de las mayores empresas privadas de prisiones de Estados Unidos. Aunque el mercado de valores en su conjunto subió un día después de la victoria de Trump, según el sitio de noticias de inversión Sherwood News, propiedad de la empresa de servicios financieros Robinhood, el aumento de las acciones de GEO Group la convirtió en «la mayor ganadora individual en el mercado de valores de EE UU, entre las empresas de cualquier tamaño». Su contrato de cinco años para gestionar ISAP, por valor de 2,200 millones de dólares, expira el año que viene.
El portal de noticias HuffPost informa que, en una llamada telefónica posterior a las elecciones, el CEO de GEO Group, Brian Evans, corroboró que la empresa podría aumentar su capacidad de ISAP en «varios cientos de miles de participantes, y hasta varios millones si fuera necesario». El director de operaciones de la compañía, Wayne Calabrese, añadió que ya notificaron al ICE de su disposición para cumplir con el trabajo. «Esperamos que la administración entrante de Trump adopte un enfoque mucho más expansivo para monitorear a los varios millones de individuos que actualmente están en la lista de inmigrantes no detenidos», comentó Calabrese en la llamada.
HuffPost también afirma que el competidor de GEO Group CoreCivic; anteriormente llamado Corrections Corporation of America, tuvo su propia llamada negocios después de las elecciones, durante la cual el CEO Damon Hininger afianzó que el momento de la notificación de ICE del 6 de noviembre «probablemente no fue una coincidencia». «Nos lo tomamos como una señal muy alentadora», concluye Hininger.
Artículo originalmente publicado en WIRED. Adaptado por Alondra Flores.