El servicio de transporte de Londres sufre un ciberataque
Transport for London (TFL), el organismo rector del transporte de superficie, metro y tranvía londinense, ha sido víctima de un ciberataque, que por el momento no parece haber tenido ningún impacto negativo en su actividad. “Actualmente estamos lidiando con un incidente de seguridad cibernética en curso, en este momento, no hay evidencia de que los datos de los clientes se hayan visto comprometidos y no ha habido ningún impacto en los servicios de TFL”, se lee en un comunicado publicado en la web oficial de TFL.
Al parecer, el ataque afectaría sobre todo a los sistemas de trastienda del proveedor de transporte en su sede central. Motivo por el cual, según BBC, se ha pedido a los empleados que trabajen desde casa temporalmente. Para evitar que el transporte se paralice y que los autores del ataque roben los datos sensibles de los usuarios, la compañía alertó a las autoridades pertinentes, incluida la Agencia Nacional contra el Crimen (NCA, por sus siglas en inglés) y el Centro Nacional de Ciberseguridad (NCSC), con las que está investigando el asunto. «La seguridad de nuestros sistemas y de la información de nuestros clientes es muy importante para nosotros y hemos tomado medidas inmediatas para evitar cualquier otro acceso a nuestros sistemas», indica el proveedor de transporte británico.
Preparación ante otro ataque
La repentina acción para preservar la seguridad del servicio también fue confirmada por el director de tecnología de TFL, Shashi Verma: «Hemos introducido una serie de medidas en nuestros sistemas internos para hacer frente a un incidente de ciberseguridad en curso». En resumen, todo parece estar bajo control, al menos de momento. La empresa está preparada para hacer frente a cualquier secuela de este ataque, y promete avisar a los londinenses en cuanto se resuelva.
Aunque la comunicación del TFL con lo usuarios fue rápida, especialmente en una ciudad como Londres, surgieron las dudas sobre qué sucedería si los sistemas informáticos del servicio de trasporte se volvieran locos. De suceder, el problema acecharía a los más de 8 millones de residentes de la capital británica.
Artículo originalmente publicado en WIRED Italia. Adaptado por Alondra Flores.