CVE-2023-46609
Jue, 02/01/2025 – 12:15
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CVE-2023-46608
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CVE-2023-46607
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CVE-2023-46632
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CVE-2023-46631
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CVE-2023-46628
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CVE-2023-46616
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CVE-2023-46612
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Reino Unido tiene un problema serio con el tráfico de drogas dentro de las cárceles. Según informes de The Guardian, el número de drones que introducen droga, tabaco y teléfonos celulares en las cárceles británicas se ha triplicado en los últimos años, lo que hace cada vez más urgente la vigilancia en las prisiones. Actualmente, se tiene registro de 130 incursiones al mes, aunque esta cifra podría ser mayor, ya que los delincuentes suelen elegir horas nocturnas y menos fáciles de controlar para utilizar drones con los que completan sus entregas; por esta razón, el jefe de inspecciones presidiarias, Charlie Taylor, evalúa la posibilidad de emplear armas de fuego para derribar los drones y tratar de resolver el problema.
En los últimos años, el tráfico de drogas a las cárceles británicas se ha vuelto tan lucrativo que las bandas criminales se organizan para reclutar pilotos profesionales de drones, incluso ajenos al mundo delictivo, con el fin de aumentar aún más el número de entregas. A principios del 2024, el gobierno de Reino Unido aprobó una ley que tipifica el vuelo de drones de Inglaterra y Gales como delito: los pilotos de drones que infrinjan las normas serán acreedores a multas de 2,500 libras (más de 3,000 dólares), mientras que los sean descubiertos contrabandeando artículos ilícitos se enfrentan a penas de hasta 10 años de cárcel. No obstante, estas medidas no consiguieron frenar el contrabando de drogas dentro de las prisiones.
Un exrecluso de la prisión HMP Manchester declaró al periódico Telegraph que los aviones no tripulados se utilizan para conseguir teléfonos y drogas en la cárcel desde hace un año: «Es algo muy frecuente». Además, las deterioradas condiciones de muchos de los centros de detención ingleses también facilitan la vida de los pilotos de drones contratados por bandas criminales. En muchos casos, los delincuentes recuperan los bienes entregados por drones pasando una escoba a través de ventanas con manijas fáciles de abrir. El diputado laboralista Andy Slaughter asegura que el primer paso para asegurar las prisiones inglesas es «utilizar tecnologías avanzadas que impidan que los drones entren en el espacio aéreo de las infraestructuras carcelarias».
Artículo publicado originalmente en WIRED Italia, adaptado por Alondra Flores.
Debido a una filtración masiva provocada por una vulnerabilidad en el software de los automóviles, los datos de localización de 80,000 vehículos Volkswagen estuvieron disponibles en la red desde hace meses. El primer medio en hacer pública esta noticia fue la revista alemana Der Spiegel que, siguiendo el informe de un informante anónimo, alertó que el problema afectaba a vehículos eléctricos (VE) de marcas propiedad de Volkswagen, como Audi, Seat y Skoda.
Según dichas fuentes, la empresa Cariad, encargada del desarrollo de software para autos, cometió un error en la protección de los datos, almacenándolos en una nube de Amazon sin el debido cifrado, permitiendo que los ciberatacantes accedieran a ellos con total facilidad. La asociación de hackers Chaos Computer Club (CCC, por sus siglas en inglés) fue quien dio a conocer la filtración de datos sensibles de los propietarios de VE.
Entre la información disponible en la red se encontraban no solo los nombres y datos de contacto de los dueños: correos electrónicos, números de teléfono y direcciones, sino también las ubicaciones precisas de los vehículos. De acuerdo con Der Spiegel, los datos de 460,00 vehículos tenían una precisión posicional de hasta 10 centímetros para los modelos Volkswagen y Seat, y de hasta 10 kilómetros para los de Audi y Skoda. Esto quiere decir que si un delincuente los tuviera en su poder, podrían seguir cómodamente la ruta de miles de víctimas potenciales para atacarlas en el momento oportuno. Para agravar aún más la situación, gran parte de estos datos pertenecían a políticos y empresarios alemanes, agentes de la policía de Hamburgo y probables miembros de la agencia de inteligencia.
Aunque Cariad descarta que los propietarios de automóviles Volkswagen deban tomar alguna medida ante la filtración de información sensible, detalló que la filtración sí eludió «varios mecanismos de seguridad, lo que requirió un alto nivel de conocimientos y una considerable inversión de tiempo». Hasta el momento, los únicos que lograron acceder a la base de datos fueron los investigadores de CCC, quienes alertaron a la empresa de software. El riesgo se evitó, no obstante, es innegable que el mero hecho de que datos tan sensibles no estén protegidos cuidadosamente causa inquietud entre los propietarios de los vehículos.
Artículo originalmente publicado en WIRED Italia. Adaptado por Alondra Flores.